MATANDO LA CREATIVIDAD



A Matilda no le disgustaba trabajar en la tienda. Se divertía con lo que hacia. 

Pero lo mejor estaba por venir, ya que sabía que proximamente viajaría a otras ciudades en busca de ropa de segunda mano. 


Otro aspecto positivo que le permitía este trabajo era poder emplear su tiempo libre en lo que más le gustaba : dibujar. 


Llevaba una artista en su interior. Tenía un gran potencial en lo que a creatividad se refiere. 


Por el contrario, Amalia, a pesar de no tener aptitudes para cualquier actividad plástica, le entusiasmaba el arte por encima de todas las cosas. Había tenido la gran suerte de haber rectificado a tiempo : cambiar sus improductivos años de Administración de empresas por Historia del arte.


Por eso se entendían tan bien : la artista y la «mecenas». Compartían en una misma atmósfera una misma pasión. Sin embargo, esa comprensión por parte de terceros no había llegado a ser tan flexible y evidente.



- Si hubieras estudiado Bellas Artes, serías el culmen de… de… todo. - decía Amalia a Matilda cada vez que la veía dibujar en el comedor después de cenar.



Matilda ya le había explicado la razón de no haber podido estudiar lo que realmente quería  y le llenaba :

Mis padres no piensan igual que los tuyos en cuanto a educación se refiere… 



... Digamos  que los míos se rigen todavía por convencionalismos y les cuesta admitir la necesidad de una revolución de pensamiento en materia de enseñanza 


- Ya… No veas que liberación y gozo sentí cuando empecé Historia… la otra carrera era todo un suplicio… más años y me corto las venas, te lo juro.


La educación contribuye a que los niños y adolescentes desusen sus talentos naturales, que ni se enteren que los poseen, y si ocurre el caso contrario ya se encarga ella de exterminar su descubrimiento. 


- Supongo que mis padres tenían ese «temor-prejuicio» : ir a la universidad sí… pero no para Bellas Artes. Eso ni pensarlo, sino para hacer cualquier otra carrera desmotivante, al menos para mi, con el fin de convertirme en una gran profesional como ellos…  - continuaba Matilda.



...Yo me acuerdo que cuando opté por el Bachillerato artístico tuve que cambiarme de colegio porque en el mío no se hacía. Y a más a más, en clase no eramos más de 9 personas (como en el de humanidades)...


...cuando para el tecnológico, ciéntifico bla bla bla eran más de 20. 


- Toda la razón, amiga…. Como herejes en la Santa Inquisiciónjajajajaja! Y rodeados pobres de nosotros de estos grandes y equivocados consejos : « no te dediques a la danza, no serás bailarina »...



....« no te dediques a la interpretación, no hay futuro para los actores ». 




En este orden, Sir Ken Robinson afirma que cuando crecemos nos educan de cintura para arriba, para posteriormente concentrar sus esfuerzos en desarrollar nuestras cabezas finalizando este proceso centrándose exclusivamente en una parte de nuestros cerebros




Actualmente ya no vale estudiar carreras sino que hay que tener masters. Inflación académica y escasez artística.


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